a su localización estratégica podemos considerar el municipio como privilegiado. No podemos reducir Sant Carles de la Ràpita al sol, playa y verano, es muchísimo más que eso, lamentablemente sucede lo mismo que con muchos pueblos de la Costa Dorada.

La lonja y la pesca

La lonja, en el puerto, tiene una gran actividad todos los días, a las 15:00 empeiza la llegada de las embarcaciones al puerto pesquero, uno de los más míticos del Mar Mediterráneo. Entonces llegan las embarcaciones menores, dedicadas a la pesca artesanal, más tarde llegan el resto, más grandes y modernas. Es una visita prácticamente obligada, donde podrás observar todo el movimiento, la vida en el puerto y la pesca fresca siendo descargada. Las instalaciones tienen una zona preparada para que los visitantes puedan observar todo el ajetreo del puerto sin interrumpir el trabajo de los pescadores. Si visitas la lonja a esas horas podrás entender un poco mejor la cultura y costumbres de los habitantes de Sant Carles de la Ràpita.

Turismo familiar

Si vais toda la familia, podéis realizar actividades didácticas para que tus hijos aprendan en una demostración de pesca tradicional. De esta forma los más pequeños entenderán de donde sale el pescado que comen y como se pesca. Puedes pasear en barca sin licencia, en golondrina, etc. También puedes hacer las rutas de las mejilloneras, en la Bahía de los Alfaques. Donde el río Ebro deposita los sedimentos, que junto las condiciones climatológicas hacen que sea un hábitat idóneo para los moluscos.

Arquitectura neoclásica

La mayor parte de la arquitectura del municipio es neoclásico, debido a las obras iniciadas por Carlos III. Destaca notablemente el edificio de la Glorieta, situada en la parte superior de la villa y el conocido como la iglesia nueva.