El faro de Salou fue inaugurado hace más de 150 años, en 1858. Su torre roja central, en la actualidad, sigue iluminando el golfo de Sant Jordi en la Costa Dorada.
Este disponía de una luz blanca que estaba alimentada por aceite de oliva y podía divisarse desde la increíble distancia de 14 millas. En aquel entonces, se necesitaban 2 operarios para hacerlo funcionar correctamente.
Con el paso de los años y la implementación de nuevas tecnologías como los sistemas guiados por satélite, las estructuras como los faros fueron quedando desfasadas, y por lo tanto, perdieron su función inicial, quedando en segundo plano. Hoy, el faro de Salou acoge exposiciones de artistas locales y abre sus puertas todos los días a partir de las 10 de la mañana, además, la entrada es gratuita.
El faro de Salou se encuentra al final de una de las rutas más bonitas de la Costa Dorada, el camino de Ronda. Este recorrido ha sido remodelado recientemente de forma muy respetuosa con el entorno natural que ofrece la Costa Dorada. La ruta cuenta con una dificultad baja, la mayor parte del camino es practicable para todo el mundo, independientemente de la edad, pese alcanzar una altura de 77 metros respecto al nivel del mar.
Además, durante la ruta puedes encontrarte con tres miradores distribuidos a lo largo de la misma, en estos lugares puedes detenerte y disfrutar de los increíbles paisajes de la Costa Dorada. El mirador sur, es especialmente bonito, desde aquí se divisan las montañas de la sierra de Llabería. Asimismo, es una parada casi obligatoria para los amantes de las aves, puesto que desde este punto se pueden observar las más de 20 especies de aves marinas que frecuentan el lugar.
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